
Una frontera biológica
El uso de la cosmética ha estado presente desde los inicios de la humanidad. Con fines terapéuticos, religiosos o estéticos, su uso ha sido indispensable para el ser humano.
El término cosmética viene del griego kosmetikós, que significa “relativo a la ornamentación”. La Administración de alimentos y medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) lo define como: sustancia destinada a ser aplicada al cuerpo humano para limpiar, embellecer o alterar la apariencia sin afectar la estructura del cuerpo o funciones. La primera prueba arqueológica del uso de cosméticos se encontró en el año 4000 a.C, en Egipto.
Productos de belleza naturales



Tendencias perjudiciales
La piel es el órgano más extenso, además es el reflejo de nuestra vitalidad, por lo que protegerlo es una prioridad. En el cuidado de la estética personal se olvida que algunos de los productos son perjudiciales para la salud.
En la fabricación de los diferentes productos de higiene y cosmética se utilizan alrededor de 7.000 sustancias diferentes, la mayoría artificiales. Algunas son agentes cancerígenos reconocidos, otras pueden desencadenar reacciones alérgicas.
Por otra parte, los ingredientes que no se han detectado como perjudiciales para la salud, son agentes contaminantes del medio ambiente. Estos últimos se degradan con dificultad y no pueden eliminarse del agua en los procesos de depuración.
Según el reporte de The Environmental Working Group, tomado como referencia por Vogue España, las mujeres están expuestas a un promedio de 126 químicos día a día.
Productos ecológicos, belleza consciente
Como resultado de una sociedad cada vez más preocupada por la preservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible, la cosmética ecológica ha entrado con fuerza en los mercados. Aunque representa todavía un segmento minoritario de consumo en comparación con la cosmética convencional. Sin embargo, los estudios de mercado ratifican un crecimiento de este sector en los próximos años: el 15% frente al 5% global de los restantes productos de cuidado personal.
A pesar de esto, no existen leyes que protejan los términos, pero sí normativas privadas que regulan este tipo de mercancías, desarrolladas por certificadoras, asociaciones, fabricantes o algún otro tipo de agente del sector.
Las terminologías utilizadas dependen del país donde se fabriquen o comercialicen. No obstante, hay ligeras diferencias entre los productos ecológicos y los naturales.
Cosmética natural
Esta clasificación comprende todos los productos que contienen ingredientes naturales (90% de ingredientes de origen vegetal o animal), cuyos ingredientes no proceden de organismos modificados genéticamente (OMG). En algunos casos pueden formar parte de este tipo de cosméticos naturales, sustancias conservantes y colorantes sintéticos, pero en muy bajo porcentaje.
Cosmética ecológica
Para que un producto pueda ser considerado ecológico debe contener entre un 10% y un 40% de ingredientes ecológicos, además de que el 95% de sus ingredientes naturales. Proviene de un sistema de producción respetuoso con el medio ambiente. A lo que se pueden unir factores como el ahorro de energía, la ausencia de uso de pesticidas, buen manejo de desechos o el control de la emisión de gases, entre otras.
Productos de belleza ecológicos
Cosmética masculina
El desarrollo de líneas cosméticas específicas para la población masculina, no responde únicamente a criterios de gustos o preferencias más o menos subjetivos. El propósito de los laboratorios al desarrollar la cosmética masculina, no es otro que: dar respuesta a las necesidades de una piel diferente. La piel masculina ni es igual, ni responde a los mismos estímulos que la femenina. Las características de la dermis son diferentes y por ende requiere de tratamientos que se ajusten a ella.
En la actualidad, los hombres no solo son protagonistas de sus propias líneas de producto, sino que casi han igualado en ventas a los productos de belleza femenina. De hecho, en los últimos años el lanzamiento de productos específicos para la belleza y el cuidado personal masculino se ha incrementado en un 70%, lo que le está convirtiendo en un mercado enorme.
En el año 1990 apenas un 4% de los hombres reconocía utilizar un producto de cuidado facial, en el siglo XXI aumentó al 21%.
La tasa de crecimiento anual desde el 2016 es del 5,4%, teniendo en cuenta estos datos el mercado de la cosmética masculina alcanzará un valor de 60 000 millones de euros en 2020, una cifra que se doblará para 2022.
La edad es un elemento determinante en la aproximación al mercado ecológico. Los varones mayores de 40 años han llegado a la naturalidad en el cuidado personal por sus beneficios saludables, mientras que los más jóvenes encuentran en ella la respuesta a sus preocupaciones medioambientales.
Las marcas de origen botánico, libres de compuestos químicos y sin parabenos, han provocado una verdadera revolución. Dentro del segmento de los tratamientos faciales las cremas hidratantes naturales tienen prioridad. Así como el sector de la barbería, con la producción de shampoo “bio” y aceites orgánicos, que potencian el crecimiento del cabello.
El secreto de una belleza natural
Los productos de maquillaje “bio” tienen garantías seguras y eficaces para los clientes:
- Protegen la piel y no producen alergias pues están libres de sustancias químicas.
- Son hidratantes, contienen antioxidantes y vitaminas.
- Tienen un efecto terapéutico.
- Son biodegradables.
- Son más económicos.
- Existe multiplicidad de mercados.
- Hay variedad de marcas, colores y aromas.
Según el reporte de 2018 de la organización Global Wellness Economy Monitor “la economía del bienestar ha crecido a una tasa de casi el doble comparada con el crecimiento económico global”. En el área del cuidado personal y la belleza significaron 1,082 millones de dólares en el 2017.
Marcas internacionales de cosmética natural como Alima Pure, Ami Iyök, Senzia, Evolve Beauty, Lush y Weleda, son una muestra de la combinación certificada entre naturaleza y cuidado personal.
Un sistema de producción respetuoso con el entorno, la sostenibilidad y calidad de las materias primas utilizadas, y la salud individual, hacen de los productos naturales y ecológicos la mejor opción.


